Destinado a todos los amantes de la Música, del Yoga, de la Danza que, teniendo conocimientos o no, quieran adentrarse en el mágico mundo del sonido a través de la concentración y la meditación.
El Yoga de la Música es un método de iniciación a la música como disciplina natural y básica para la vida a través del canto y la meditación.
Se busca que el practicante desarrolle una actitud meditativa y contemplativa ante la materia sonora, permitiendo una asimilación orgánica de las manifestaciones básicas del sonido y del lenguaje musical. No requiere experiencia ni entonación. Buscamos liberarnos y encontrarnos a la vez.
De este modo la Música y la Meditación fácilmente pueden convertirse en una.
A través del canto simple, de la concentración en el sonido y el ritmo, nuestra mente se aquieta de modo natural brindándonos así un estado de profunda paz.
El verdadero músico es el que tiene el poder de aliviar las penas de quienes le escuchan, curar enfermedades, disipar la penumbra de la ignorancia y la desesperación del corazón y traer alegría, deleite y esperanza. Pocas son las personas conscientes del inestimable servicio que nos brinda la música.
La repetición de palabras como un loro no sirve para nada, ni tampoco la representación magistral de piezas musicales, aunque sea con afinación y ritmo perfectos. Sólo el canto con corazón, sobre las cuerdas del bhakti (devoción) y el amor, puede despertar el espíritu del ser humano.
La música es el medio óptimo para expresar las emociones, enciende el amor e infunde esperanza. La música está presente en los corazones de todos los hombres y mujeres. La música existe en todas las partículas del Universo, si estás preparado para escucharla. La música es la más antigua de las artes.
La música del yoga no es sólo un instrumento para satisfacer los sentidos, sino que es una práctica yóguica que te capacita para mejorar como ser humano en esta vida y para la realización del ser. El deber principal de todos los interesados en difundir la música es preservar este gran ideal y pureza original.
La música ha de ser considerada como una forma de yoga. La música es nada yoga.
La mente, que es el gran instrumento de confusión del hombre y una gran dificultad para los aspirantes espirituales, es controlada por los músicos que practican nada yoga.
Los canales se tranquilizan y se llenan de paz y de dicha. Por eso los grandes místicos trasmitieron su enseñanza espiritual en forma de música. Los sabios (rishis) de antaño escribieron sus obras como cánticos o poesía. Las escrituras del yoga (Vedas, Smritis, Puranas, Srimad Bhagavatam, etc.) han sido adaptadas en forma de composiciones musicales.
El kirtan facilita al yogui el desarrollo del amor cósmico y la pérdida de interés excesivo por los asuntos materiales. Se acompaña de instrumentos musicales como el armonio, las tablas, los platillos, la flauta, la tambura, cuencos, etc. El kirtan es una de las nueve modalidades de bhakti yoga, el yoga de la devoción. Es una ciencia exacta y es el método más fácil para alcanzar la realización del Ser. Las vibraciones armónicas producidas por la repetición de los mantras ayudan a los devotos a controlar su mente con facilidad, produciendo una influencia benigna en la mente y en lo más profundo del corazón.